La línea @micheliniwine nace de viñedos por los que Matías posee un cariño especial, por muchas razones: el paisaje, su gente, su carácter y personalidad. La particularidad de estos los hace únicos, auténticos e irrepetibles. Los elije cada año según las características de la cosecha por lo que pueden o no repetirse.

Tupungato Divino es un complejo que comprende una posada, un restaurante y un viñedo, el dueño quería plantar Malbec pero por una equivocación terminó siendo Syrah. Un día Matías descubre en una visita estos viñedos "salvajes y naturales" y decide hacer un vino que rinda homenaje a estas cualidades.

Dos veces por día se hunde el sombrero con la mano y se van retirando los escobajos, por lo que la fermentación termina ya sin raspón. Se crían durante dos inviernos en barricas usadas (16 meses aproximadamente) para luego embotellarse.

600 botellas de un vino fino pero con carácter, que nos van a mostrar su verdadera identidad con el pasar del tiempo.